Juan Antonio Gaya Nuño es una personalidad donde se puede ver uno de los grandes casos de marginalidad que ha existido en la historia del arte español, y a la vez un auténtico pionero, tanto por su manera de aproximarse a los fenómenos de carácter histórico-artístico, como por muchos de los temas que acometió que hasta entonces apenas habían sido objeto de atención por parte de los historiadores españoles.
La marginalidad a Gaya se la ofrecen sus propias circunstancias vitales. El 18 de julio de 1936, cuando contaba 23 años de edad, se encuentra en Madrid, y acababa de recibir el premio extraordinario de doctorado con su tesis sobre El Románico en la provincia de Soria, de donde era natural –había nacido en Tardelcuende y desde 1920 la familia residía en la capital. En agosto de ese año su padre es fusilado por las fuerzas franquistas en Soria, y él se alista en septiembre a favor de la causa de la República, incorporándose al batallón en Numancia que actuó principalmente en el frente de Guadalajara. Acabada la guerra es condenado a veinte años de cárcel de los cuales cumple únicamente cuatro, pero hasta el año 1954 vive en libertad vigilada, con obligación de personarse periódicamente en comisaría.
Al negarse a jurar los Principios del Movimiento, requisito indispensable para acceder a cualquier puesto oficial y que le hubiera permitido una carrera académica, se ve obligado a vivir de la escritura, de hecho su bibliografía contiene más de seiscientos títulos, muchos de ellos, es verdad, artículos, pero también libros extensos. No obstante, en muchos casos se trata de artículos publicados en revistas científicas por las que uno no recibe honorarios, es decir, o su cuantía es simbólica, lo que demuestra una férrea voluntad de investigar y escribir que le caracterizó toda la vida, pues Gaya es un escritor nato que se sirvió de la escritura para expresarse.
En este sentido, la situación política del país impidió a Gaya expresar sus ideas políticas de manera abierta a través de la escritura, pero si nos acercamos a los temas por los que se interesó y la forma en que los abordó comprobamos cómo a través de la Historia del Arte le fue posible encontrar un refugio desde el que expresar su posición frente al mundo desde el compromiso político.